Premio de Poesía Klyde Robinson
emily rosko
Aquí aterrizaron
_cc781905-5cde-3194 -bb3b-136bad5cf58d_ _cc781905 -5cde-3194-bb3b-136bad5cf58d_ _cc781905-5cde-3194- bb3b-136bad5cf58d_ _cc781905- 5cde-3194-bb3b-136bad5cf58d_ _cc781905-5cde-3194-bb3b- 136bad5cf58d_ _cc781905-5cde- 3194-bb3b-136bad5cf58d_ Río Ashley, Charleston, Carolina del Sur
Son los viejos dioses los que me persiguen:
canto diario a olvidos oscuros
que nos hizo brotar del vacío;
reverencia suplicante al sol,
que cada día vuelve agua
y carne a residuo. cuando los rebaños
de gasa de pájaros con alas de dardo
el cielo, sé algún presagio
de cambio acecha cerca. cuando el solitario
pájaro marino envía su graznido
desde la copa del roble saber
el océano lo ha arrojado aquí
para ayudar a llorar a los ahogados.
Una fortuna encontrada en la figura ocho
rizo de piel de serpiente bajo la azalea.
Luna ya la vista más extraña:
tan preciso y quieto. El tunel
tal visión larga hace. Es verdad
el río tiembla con su orilla
colapso o cuando el sin tiempo
bombas, hundidas hace siglos, se relajan.
Solía ser este lugar era naranjas,
la arboleda podada en lo mas
sufrimiento preciso conocido. Dioses
dioses del trabajo, dioses del despojo: los que llevan
el arco pesado del cielo antiguo,
plateada con fósforo y canto.