Premio de la Sociedad Dubose & Dorothy Heyward
Arturo McMaster
Greer, Carolina del Sur
La chica de la comba de fantasía
casi no pierde el ritmo, si eso es lo que cuenta—
latidos ¿O no es un latido, sino solo un salto? Bueno, ella es buena.
Por las mañanas, ante el espejo de su alcoba, hace cuanto
a varias series de repeticiones. Ella haría más si pudiera,
pero el trabajo virtual cansa. Ah, y podría mencionar
que ella ya no es realmente una niña.
Ese término, compartido entre amigas, es simplemente una convención.
¿Quién se opondría? Un placer. . . ella puede girar
esa cuerda fingida tan dulce y hábilmente como cualquier adolescente,
que es a quien ella ve en ese viejo cristal marchito
cuando se enfoca en esos días, en lo que se ve,
aún no visto. Todo eso, todos ellos, ya pasaron.
Porque nadie le dijo cuando estaba creciendo
que nuestros días, nuestros momentos, especialmente los mejores
son transitorios. Que no hay vuelta atrás. Sin copa amorosa
por llegar a esta edad, por la muerte de los amantes, la pérdida de los hijos.