El premio Pegaso
James J. Lundy, Jr.
Oración del cine mudo
Cuando estoy enamorado, déjame ponerme de rodillas
y pon ambas manos sobre mi corazón.
Cuando estoy enojado, déjame sostener mi puño en el aire
y sacúdelo.
Si soy malo, ¿puedo torcer las puntas de mi bigote?
mientras mis ojos se mueven de un lado a otro.
Si soy piadoso, déjame caminar con los ojos hacia el cielo
y las manos cruzadas en mi cintura.
Cuando estoy enfermo déjame tener un termómetro pegado
de mi boca y una botella de agua en mi cabeza.
Si voy a desmayarme, ¿puedo colocar la parte de atrás de mi
mano contra mi frente y aleteo mis párpados.
Cuando tenga mala suerte, ¿puedo patear la tierra?
y tire de mis bolsillos al revés.
Cuando esté saciado, déjame sentarme en mi
silla y frotar mi estómago en un movimiento circular.
Que haya música de piano siguiendo mis movimientos
o la explosión de un poderoso órgano para señalar un tren que se aproxima.
Para la comedia, que se escuche el sonido de un timbal cuando
alguien ha sido golpeado en el vientre.
Que me duerma instantáneamente con sueños de
sobrevolando Nueva York, pilotando mi cama como un zepelín.
Que el futuro me encuentre viviendo en la luna o
excavando en el centro de la tierra.
Que viva para siempre en blanco y negro
y nunca ser olvidado, aunque hace mucho tiempo que estoy muerto.