El premio Gertrude Munzenmaier
libby bernardín
Nombrando en el jardín en las cabeceras del Tigris y el Éufrates
Pudo haber sido ella quien dijo Jardín
en algún hebreo antiguo o árabe
de pie junto a un cedro del Líbano,
Granada deslizándose de su lengua
la forma en que el agua ahuecada en su mano podría
filtrarse a través de sus largos dedos oscuros.
¿Condimentó las estaciones con aceitunas?
o Sabra Pears o Palmito?
¿Paseó por el jardín entre
Tamariscos y vides sin espinas,
ver la diminuta avispa polinizar las flores de higo?
Pudo haber sido ella, madre de todos los que viven,
quien ahora solo es recordada por como ella
mordió una manzana, se acercó al que venía primero
lo sostuvo frente a sus ojos escrutadores, mientras ella sabía
(aunque no la perdonaríamos)
la única forma de escapar de la zarza que se acumula
ella estaba segura, estaba pasando por lo que él deseaba.