Premio de poema lírico
libby bernardín
Primera nevada
Nada más que un sol brillante
como si el paisaje,
sin huellas
o incluso el aleteo de un ave
piezas juntas una colcha de belleza
en el silencio del amanecer,
la profunda quietud de la mañana
El mundo se abre—
cedros de polvo de nieve y tierra fresca,
banca contra la valla,
apilamiento sobre rieles.
A medida que la cerca se curva fuera de la vista
El corazón se atreve a rendirse,
para soltar la tirantez a medida que recibe
esta nieve caída sobre nuestra madre tierra,
moteado ahora con la silenciosa niebla de la mañana,
lleno de espíritu bajo el padre cielo—
Cómo se hincha, esperanza, como un fino rocío
sobre montañas, pero lo suficientemente claro
para que nos apresuremos, conteniendo la respiración, con lo que
podemos dar, con lo que tenemos para dar.